Oí al Mensajero de Dios -la paz y las bendiciones de Dios sean con él-, diciendo:

«Quien de vosotros vea una mala acción, que la cambie con su mano, si no pudiera con su lengua, y si no pudiera, entonces en su corazón, y esto es lo más débil de la fe».

Lo transmitió Muslim.

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martes, 23 de mayo de 2017

¿Qué hacemos los musulmanes durante el mes de Ramadán?



El noveno mes lunar del calendario islámico lleva por nombre “Ramadán” رَمَضَان
Este año inicia el 27 de mayo y finaliza el 25 de junio.
El Ramadán es el tercer pilar de la fe islámica.
Durante este mes, los musulmanes nos abstenemos de comer, beber cualquier líquido o mantener relaciones sexuales desde antes de que el sol salga (en Costa Rica a las 4am aproximadamente) hasta que se oculta (6 de la tarde).
Iniciamos antes de las 4 de la madrugada levantándonos a realizar la primera oración del día y desayunando lo que en Costa Rica diríamos un buen “casado” o “gallo pinto”.
Seguimos con nuestra rutina diaria normal de manera que no se suspenden las labores a las que estamos acostumbrados. Aun así, en algunos países de mayoría musulmana se alteran los horarios y los negocios cierran de día para pasar durmiendo o descansando y abren de noche. Algo con lo que no estoy de acuerdo, debido a que la idea del ayuno es “padecer hambre” para saber en carne propia lo que sienten las personas a las que siempre les falta comida y hacernos de esta manera, más sensibles a sus necesidades.
Muchos musulmanes abandonan hábitos dañinos que han adquirido durante el año, tal como fumar, consumir cualquier tipo de droga o comida en exceso.
En el ambiente general se respira un aire de esperanza, cariño, solidaridad y comunión con el resto del mundo.
Se evita en lo posible hacer chismes, murmuraciones o cualquier demostración de odio hacia propios o extraños.
Aunque parece difícil, no lo es. Los musulmanes pareciera que ya estamos preparados psicológicamente para el mes del ayuno y aunque obviamente padecemos hambre y sed, la parte más difícil resulta por lo general solo la primer semana y tampoco es que nos desmayamos ni nada por el estilo. Esto se debe a que de manera explícita, el ayuno solamente lo deben realizar las personas mayores de edad que se encuentran en perfecto estado de salud, de tal manera que tanto los ancianos como enfermos, niños o mujeres en estado de embarazo, menstruación y  lactancia, así como los musulmanes que se encuentran de viaje o realizando trabajos que exigen demasiado esfuerzo físico, deben abstenerse de ayunar. Por lo cual, pueden reponer los días que perdieron el ayuno durante el resto del año o no tener que hacerlo del todo si sus condiciones e impedimentos no varían.
A las 6 de la tarde rompemos el ayuno con un vaso de agua y algo dulce. En los países árabes se acostumbra comer unos cuantos dátiles, en mi caso, me limito a un banano o alguna fruta deshidrata.
Luego de eso, realizamos la oración correspondiente y procedemos a cenar.
Lo más recomendable es que la alimentación sea variada y no pesada, se trata de un tiempo de comida y no de recuperar todos los tiempos de comida perdidos durante el día.
Los musulmanes que tienen posibilidad asisten a la mezquita en donde comparten con todos los demás los diversos alimentos que se preparan y llevan para intercambiar tanto experiencias como para fortalecer los lazos familiares y comunitarios.
Para esta época es muy común que las mezquitas estén siempre abiertas para todos  y se invite a la comunidad en general a participar de las actividades que se desarrollan.
Durante todo el sagrado mes, los musulmanes asisten a la mezquita para celebrar el “salat atarahuí”, el cual aparte de las oraciones respectivas incluye recitar una de las 30 partes en las que se divide el sagrado Corán para ser expresadas de la manera más respetuosa, solemne y sensible posible durante todo el mes.
Ramadán termina con una fiesta en la que muchas personas se afanan por demostrar sus habilidades culinarias, se reparte la caridad obligatoria al necesitado que tengamos más cerca o sea, el cuarto pilar de nuestra fe , el cual en idioma árabe se pronuncia como “zakat” y consiste en el 2,5% de las ganancias que se obtuvieron durante el año.
Le pido a Allah que transforme los corazones de los musulmanes en todo el mundo para que nos comportemos el resto del año de la misma manera en que lo hacemos durante el mes de Ramadán.
Extiendo también cordialmente una invitación general para que visiten mi casa que también es la de todos ustedes, a cualquier persona creyente o no que desee compartir conmigo y mi familia durante este mes.
¡Que Dios les bendiga y recompense!

Rashida Jenny Torres

Musulmana costarricense.

1 comentario:

atlantis.com dijo...

Muy interesante tengo un amigo musulman y me a hablado mucho de todo esto